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>Sin duda, todos debimos de pensar lo mismo

>Después de la circular que el APA ha mandado convocando para una Asamblea extraordinaria el 12 de noviembre, ya os habréis dado cuenta de que la Asamblea del 29 de octubre fue un verdadero desastre.

Reconozco que el orden del día no era muy atractivo, con puntos tan sosos como la aprobación de cuentas o el plan de convivencia. Llegué a pensar que tal vez el debate sobre si nuestras siglas debieran ser APA o AMPA iba a atraer devotos de una postura u otra. Pero tampoco.

El problema es que había un punto tan importante como impopular: la elección de un tesorero, varios consejeros y vocales. Nadie quiere el puesto de tesorero, pero sin duda, todos debimos de pensar que alguien se presentaría y si alguien se presentaba y el resto de los puntos nos traían al fresco, ¿para qué acudir a la Asamblea?

Así fue como en una Asamblea General nos encontramos con diez personas en los momentos cumbre, porque en otros sólo había cuatro personas aparte de la Junta Directiva del APA que componía la mesa. De esas diez, ocho ya tenían algún cargo, si no dos, o colaboraban con el APA, y para el resto quedaban unos sabrosos cargos de consejeros, vocales y tesorero. Claro, podríamos decirles, eso pasa por ir a las asambleas.

Sin tesorero, la Asociación, por ley, debe disolverse. De esta Asamblea podríamos haber conseguido uno, ya que hubo candidatos ante la catástrofe que podría significar la disolución. Desde un padre que no puede pasar por el colegio, a uno de los miembros de la Junta Directiva del APA. Ambas elecciones eran absurdas. Así que decidimos no castigar a los que habían venido a la Asamblea, porque el problema no era suyo, sino de todos nosotros como socios del APA.

Así pues, se convoca una Asamblea extraordinaria para conseguir un tesorero. De esa reunión también debería salir un consejero que represente al APA, un vocal de multideporte (el que está ahora tiene dos vocalías y le gustaría repartir trabajo), y gente para las guardias. Sí, esa cosa tan aburrida, que este año hemos llegado a ofrecer a media jornada, pero tan importante, porque ¿acaso no nos gusta y tranquiliza saber que hay alguien vigilando la salida de los niños o que hay alguien en el local de 4 a 5 para atender cualquier duda o problema que nos surja? A todos nos gusta y nos tranquiliza…, pero todos pensamos que no tenemos tiempo y que mejor que se ocupen los demás, «que seguro que sí que lo tienen». Pero no es así; esas personas que se quedan de guardia y atienden las dudas o problemas de otros padres, o que se ofrecen como vocales, también tienen vida y deben hacer un esfuerzo, aunque sea pequeño (media hora incluso), para que las cosas funcionen mejor en el cole de sus hijos.

Creo que el APA ha mejorado bastante. Las actividades siguen funcionando, la comunicación con los padres a través de la web, el blog y el correo electrónico son fluidas, la información llega a los padres, se ha creado un plan de convivencia, las vocalías funcionan… Hay mucho trabajo metido en todo eso.
Cuando convocas una Asamblea para la que hay que solicitar al colegio un espacio, mandar el orden del día a los socios, ponerlo en el tablón, redactar, fotocopiar y entregar en el cole una circular para informar a los padres y sacar fotocopias del balance de cuentas y la información que vayan a necesitar los asistentes, todo eso en un momento personal algo complicado de trabajo, y te encuentras una Asamblea con sólo diez padres preocupados al menos por saber cómo va todo, la verdad es que resulta desolador y entran unas ganas irresistibles de coger el cargo y colgarlo del tablón de anuncios para quien lo quiera.

El próximo 12 de noviembre habrá una nueva Asamblea. Que nadie tema por la continuidad de la Asociación. Tesorero seguro que habrá, ya que antes que disolver la asociación y quedarnos sin servicios fundamentales para nosotros, ya se han presentado varios padres. Hasta ha llegado a ofrecerse una madre que ese día estará de viaje a miles de kilómetros, pero que si nadie sale, ella se apunta. Habrá tesorero, seguro, a no ser que todos pensemos que seguro que ya se presenta alguien y si alguien se presenta no merece la pena ir a la Asamblea, y ese día nos encontremos con que no ha venido nadie.

Pero a mí no me preocupa sólo el tesorero. Para mí, la asociación de padres es una asociación de amigos. Yo, como amigo, hago unas tareas porque entiendo que otros amigos no tienen tiempo o no están motivados para hacerlas. Y hay que hacerlas. Me toca, como a todo el mundo le toca ser alguna vez presidente de la comunidad de vecinos. Como mañana le tocará a otro. Pero cuando la participación más elemental es nula, cuando los amigos no tienen tiempo ni siquiera de pasarse un ratillo por una reunión a decirte «no puedo echar una mano, pero aquí estoy», cuando nadie quiere arrimar el hombro, la cosa deja de tener sentido.

Está libre el cargo de tesorero, pero también queda pendiente una consejería, una vocalía y las guardias. Trabajo no falta. Sólo ganas.

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